Amado Nervo
Con la mitad de un periódico
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.
hice un barco de papel,
en la fuente de mi casa
le hice navegar muy bien.
Mi hermana con su abanico
sopla, y sopla sobre él.
¡Buen viaje, muy buen viaje,
barquichuelo de papel
sopla, y sopla sobre él.
¡Buen viaje, muy buen viaje,
barquichuelo de papel
La primavera ha venido
Antonio Machado
La Primavera ha venido
nadie sabe como ha sido.
Ha despertado la rama
y el almendro ha florecido
y en el campo se escuchaba
el gri gri del grillo.
La primavera ha venido
nadie sabe como ha sido.
Canciones
Gloria Fuertes
La mosca y el mosquito
Gloria Fuertes
Soy una mosca,
me quiero casar
con un mosquito
que sepa volar.
me quiero casar
con un mosquito
que sepa volar.
– Soy un mosquito,
me quiero casar
con una mosca
que sepa bailar.
me quiero casar
con una mosca
que sepa bailar.
– Soy una mosca
que sabe bailar,
y el violín
también sé tocar.
que sabe bailar,
y el violín
también sé tocar.
– Ti-ri-ri-rí,
ti-ri-ri-rá;
con mis patitas
yo llevo el compás.
ti-ri-ri-rá;
con mis patitas
yo llevo el compás.
– Soy un mosquito,
ti-ti-ri-rí;
a nadie pico,
y vivo feliz.
ti-ti-ri-rí;
a nadie pico,
y vivo feliz.
Dos poemas
Federico García Lorca
Tabla de multiplicar
Celia Viñas
Dos por una es dos;
dos por dos, cuatro;
tras de la ventana
un cielo claro.
Dos por una es dos;
dos por dos, cuatro;
cruza la ventana un pájaro.
-Silencio.
Dictado.
Las agudas se acentúan
cuando… -No sé cuándo.
Paisaje
Federico García Lorca
La tarde equivocada
se vistió de frío.
Detrás de los cristales,
turbios, todos los niños,
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.
La tarde está tendida
a lo largo del río.
y un rubor de manzana
tiembla en los tejadillos.
Se equivocó la paloma
Rafael Alberti
Los ratones Ratones
Lope de Vega
Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
– ¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
Mi sombra
Edgar Allan García
Mi sombra me sigue,
mi sombra me atrapa,
mi sombra se encoge,
mi sombra se alarga,
mi sombra me atrapa,
mi sombra se encoge,
mi sombra se alarga,
Me imita y se esfuma,
se dobla y se agranda
y baja cuando subo
y sube cuando bajo
se dobla y se agranda
y baja cuando subo
y sube cuando bajo
Y sin ningún trabajo
es dinosaurio o nube,
es gigante o enano
y está donde ya estuve.
es dinosaurio o nube,
es gigante o enano
y está donde ya estuve.
Sombra que prolongas
la noche en el día,
ahí donde te pongas
eres mi otra y la misma,
la noche en el día,
ahí donde te pongas
eres mi otra y la misma,
Sombra que asombras
bajo sombrero o sombrilla,
dime en silencio, hermana,
dime, ¿por qué no brillas?
bajo sombrero o sombrilla,
dime en silencio, hermana,
dime, ¿por qué no brillas?
Manolito el caracol
Carmen Gil
Manolito el caracol
sale sólo si hace sol,
pues no le gusta ni un pelo
que llueva lluvia del cielo.
“Es caracol de secano”,
explica a todos su hermano.
“Sueña de noche y de día
con vivir en Almería”.
¿Y qué hace un caracol
viviendo bajo una col
si él lo que quiere es estar
muy cerquita de la mar?
Manolo le echa coraje,
coge todo su equipaje
y se dispone a viajar
hasta Roquetas de Mar.
“Vaya, vaya, vaya, vaya…,
pero qué enorme es la playa”.
Y olvida pronto su pena
tomando el sol en la arena.
Un día llega una ola,
arrastra una caracola
y Manolo, de repente,
se enamora locamente.
Caracola y caracol
son felices bajo el sol:
se pasean por la orilla
de la mano y sin sombrilla.
Caracol y caracola
ya no están solo ni sola
y se quieren a rabiar
allá en Roquetas de Mar.
sale sólo si hace sol,
pues no le gusta ni un pelo
que llueva lluvia del cielo.
“Es caracol de secano”,
explica a todos su hermano.
“Sueña de noche y de día
con vivir en Almería”.
¿Y qué hace un caracol
viviendo bajo una col
si él lo que quiere es estar
muy cerquita de la mar?
Manolo le echa coraje,
coge todo su equipaje
y se dispone a viajar
hasta Roquetas de Mar.
“Vaya, vaya, vaya, vaya…,
pero qué enorme es la playa”.
Y olvida pronto su pena
tomando el sol en la arena.
Un día llega una ola,
arrastra una caracola
y Manolo, de repente,
se enamora locamente.
Caracola y caracol
son felices bajo el sol:
se pasean por la orilla
de la mano y sin sombrilla.
Caracol y caracola
ya no están solo ni sola
y se quieren a rabiar
allá en Roquetas de Mar.
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